Hay adolescentes que, desde fuera, parecen tenerlo todo: una familia estable, acceso a educación, amigos, incluso privilegios materiales. Y sin embargo, por dentro, sienten un hueco.
Un vacío difícil de nombrar, pero que pesa. No es tristeza, no es rabia, no es apatía... Es una especie de sensación de desconexión, de no pertenecer, de no encontrar sentido. Esto ocurre porque el sentimiento de vacío nada tiene que ver 'con lo que se tiene', sino con lo que se siente.
Y este fenómeno, cada vez más común, no es un capricho ni una moda generacional. Es un síntoma emocional profundo que merece ser comprendido. ¿Qué hay detrás de ese vacío?
¿Qué es ese vacío que sienten?
El vacío emocional en la adolescencia es una sensación persistente de desconexión interna, de no encontrar sentido ni satisfacción en las experiencias cotidianas. Es como si nada fuera suficiente, aunque objetivamente no falte nada.
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2024) destaca que la adolescencia es una etapa especialmente sensible al estrés y a las presiones sostenidas, lo que puede afectar significativamente el bienestar emocional y físico de los adolescentes.
¿Por qué ocurre esto?
Pero ¿cuáles son las causas? Varios factores contribuyen a este sentimiento de vacío. Entre ellos:
- Presión todo el tiempo: Las expectativas académicas, sociales y familiares, sumadas a la autoexigencia y el perfeccionismo en algunos adolescentes, pueden generar una sensación de insuficiencia o de 'no poder satisfacer a todos, todo el tiempo'.
- Ausencia de conexión auténtica: A pesar de estar rodeados de personas, muchos adolescentes se sienten solos; sienten que no tienen relaciones profundas y significativas.
- Desconexión corporal y emocional: El uso excesivo de tecnología y la falta de actividades físicas pueden alejar a los adolescentes de sus propias emociones y sensaciones corporales.
Además, la falta de apoyo emocional adecuado es un factor crítico. Según un informe de la Asociación Americana de Psicología, solo el 58.5% de los adolescentes en EE.UU. reciben el apoyo social y emocional que necesitan.
La complejidad del bienestar en la adolescencia: un ejemplo
Clara, de 16 años, es una estudiante destacada, tiene amigos y una familia que la apoya. Sin embargo, últimamente se siente vacía. Nada la entusiasma, y actividades que antes disfrutaba ahora le parecen sin sentido. A pesar de tener “todo”, siente que no tiene “nada”.
Este tipo de experiencias no son infrecuentes y reflejan la complejidad del bienestar emocional en la adolescencia.
¿Cómo podemos abordar este vacío?
Es fundamental reconocer y validar estas emociones sin juzgar. Algunas estrategias pueden ser:
- Crear espacios para que se expresen: Crear espacios donde los adolescentes puedan expresar sus emociones y sentirse escuchados sin temor a ser juzgados.
- Promover actividades significativas: Involucrar a los adolescentes en actividades que les permitan explorar sus intereses y talentos.
- Fomentar la conciencia emocional: Enseñar a los adolescentes a identificar y comprender sus emociones puede ayudarles a gestionar mejor sus sentimientos de vacío.
Además, la actividad física regular ha demostrado tener un impacto positivo en el bienestar emocional de los adolescentes. El estudio mencionado anteriormente en Frontiers in Psychology encontró que la actividad física mejora la inteligencia emocional y las emociones positivas en los adolescentes.
No es ingratitud: la necesidad de encontrar sentido y propósito
El vacío que sienten muchos adolescentes no es una señal de ingratitud o de falta de aprecio por lo que tienen. Es una manifestación de necesidades emocionales no satisfechas, que puede surgir en esta etapa vital.
Pero como adultos podemos crear entornos donde ellos se sientan vistos, escuchados y comprendidos, como una forma de ayudarles a llenar ese vacío con conexiones auténticas y un sentido de propósito real.
Sin embargo, este sentido lo deberán encontrar (o más bien, construir) ellos mismos; con paciencia, tiempo, vínculos y mucho autoconocimiento. Y terapia, cuando sea necesario.
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