Las 25 mejores preguntas para hacerle a un adolescente si no quieres que te responda con un "bien" a secas

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Laura Ruiz Mitjana

- ¿Qué tal el día?
- Bien.
Silencio.

Y ya está. Fin de la conversación.

¿Te suena? Si convivir con un adolescente puede parecer a veces una montaña rusa, intentar hablar con uno sin que te responda con un monosílabo puede sentirse como resolver un escape room sin pistas.

Pero aquí va lo importante: no es que no quieran hablar. Es que a veces no saben cómo, no encuentran el espacio o las preguntas que activen su parte más genuina.

La clave está en el cómo preguntas, no solo en el qué

A los adolescentes no se les interroga: se les invita. La diferencia puede parecer sutil, pero es enorme. No es lo mismo decir "¿Cómo estás?" que "¿Qué ha sido lo más raro que te ha pasado hoy?". La segunda no permite esconderse tras un "bien". Pide historia, pide detalle. Y eso abre una puerta.

Imagina esta escena cotidiana:
—¿Todo bien en clase?
—Sí.

—¿Y si tuvieras que repetir una sola frase que haya dicho tu profe de mates hoy, cuál sería?

—Mmm... Dijo: "Las raíces cuadradas no se regalan". Y nos reímos.

Y ¡voilà! Entras. A veces, solo necesitas la llave adecuada. Por supuesto que habrá veces que ni preguntando de forma original o diferente, se abrirán, pero merece la pena intentarlo ¿no? ¿Qué podemos preguntarles?

25 preguntas que funcionan (y por qué)

  • ¿Qué es lo más inútil pero divertido que aprendiste esta semana?

Les permite reírse de lo absurdo, desdramatiza el día y quita presión a la “utilidad” escolar.

  • Si tu día fuera un título de película, ¿cómo se llamaría?

Conecta con su creatividad, humor y lenguaje simbólico. Permite expresar emociones sin nombrarlas directamente.

  • ¿Qué emoji resume tu humor de hoy?

Fácil, rápido, familiar. Abre la puerta a más detalles si quieres seguir indagando.

  • ¿A quién viste hoy que no veías hace tiempo?

Una pregunta que invita a hablar de relaciones sociales, algo central en la adolescencia.

  • Si alguien hiciera una serie sobre tu vida, ¿cómo sería el capítulo de hoy?

Activa su imaginación y le da un marco narrativo para expresarse, quitándole presión a la seriedad.

  • ¿Hubo algún momento en que pensaste: “¡Tierra, trágame!”?

Humor, vulnerabilidad y sinceridad. Les haces ver que equivocarse o sentirse incómodo es normal.

  • ¿Escuchaste alguna canción hoy que te hiciera pensar en algo importante?

Conecta con su mundo emocional a través de su refugio favorito: la música.

  • Si pudieras borrar una cosa de hoy, ¿cuál sería?

Permite hablar de frustraciones sin forzar una confesión directa.

  • ¿Qué pensaste justo al despertar esta mañana?

Invita a conectar con su mundo interno antes del filtro social del día.

  • ¿Te reíste fuerte hoy? ¿Por qué?

Rescata el valor de lo positivo y hace foco en lo emocional sin resultar invasivo.

  • ¿Cuál fue tu mayor micro-logro del día? (vale “no quedarme dormido en clase”)

Revaloriza lo pequeño y combate el perfeccionismo o la autoexigencia.

  • ¿A quién viste más estresado hoy?

Proyectan en otros lo que a veces no se atreven a decir de sí mismos. También despierta empatía.

  • ¿Tuviste algún pensamiento loco mientras te aburrías?

Invita a reír, compartir sin miedo y legitimar la mente distraída como parte del proceso adolescente.

  • ¿Qué aprendiste sin darte cuenta hoy?

Fomenta la metacognición, es decir, pensar sobre lo que han vivido o asimilado sin notarlo.

  • ¿Si pudieras cambiar una norma del instituto, cuál sería?

Les permite sentirse escuchados respecto a algo que suelen vivir como imposición.

  • ¿Hay alguien que te inspire últimamente?

Despierta el pensamiento crítico y valora sus referentes sin juzgar si son “buenos o malos”.

  • ¿Qué frase no puedes quitarte de la cabeza estos días?

Abre una ventana a sus pensamientos repetitivos, dudas o cosas que les rondan por dentro.

  • ¿Quién te cayó especialmente bien hoy (aunque no sepas por qué)

Explora su intuición social y entrena su capacidad de observación interpersonal.

  • ¿Qué crees que pensaron hoy los profes de ti?

Activa su capacidad de ponerse en la piel de otros y hablar de su autoestima sin nombrarla directamente.

  • ¿Te pasó algo que aún no sabes si te gustó o no?

Da espacio a la ambigüedad emocional, muy presente en esta etapa.

  • ¿Algún meme o TikTok te representó 100% hoy?

Entra en su código, se sienten reconocidos y validados desde su mundo.

  • ¿Con qué persona de hoy te cambiarías por 24 horas?

Permite entender a quién admiran, qué desean o qué les pesa.

  • ¿Qué escena del día te gustaría que alguien hubiera grabado?

Permite rescatar lo valioso o lo gracioso desde su mirada.

  • ¿Qué consejo te diste a ti mismo sin darte cuenta?

Fomenta la autorreflexión sin imponerla desde fuera.

  • ¿Qué te gustaría que alguien te hubiera preguntado hoy (y no lo hizo)?

Esta es potente. Da voz a necesidades emocionales invisibles.

¿Por qué esto va más allá de las preguntas?

Porque cada una de ellas es una puerta. Una llave emocional, una señal de que quieres conocerle desde la curiosidad, no desde el control. Cuando preguntas así, no solo obtienes respuestas.

Estás entrenando su autoconciencia, validando su mundo y fortaleciendo vuestro vínculo. Eso no tiene precio. Porque aunque a veces la adolescencia se perciba como "un muro" con los hijos, también puede ser un puente (aunque a veces sintamos que está mal iluminado). Y a veces, solo hace falta una linterna bien usada. ¡Y tú la tienes!

Foto | Portada (Freepik)

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